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25.7.08

El arte en los cielos.

Bastó para que un sombrero de bambú de un campesino sea llevado por el viendo y sirva de inspiración para que alguien invente la cometa. Esta es una de las leyendas que más se hablan sobre el origen de la cometa. Hay muchas invenciones sobre su comienzo. Se cree que las cometas nacieron en china hace más de 2.500 años.

Los primeros chinos emigrantes trajeron la cometa a nuestro país. Con el pasar del tiempo fue conquistándonos y, poco a poco, se volvió un juego popular para los niños peruanos. Pero no solo en América tuvo acogida, sino también en diversos países asiáticos como Corea, el archipiélago Malayo, Indonesia, Birmania, Japón, la India y otras partes del mundo.

Antiguamente para los chinos volar cometas le servían como un ejercicio de meditación. Pero para los chiquillos de ahora esto forma parte de una diversión. Un pasatiempo popular donde pueden crear competencias para saber quien tiene el mejor diseño o quien primero ataca y derriba a su contrincante, o quien lo hace volar más alto. Se reúnen en las azoteas más altas de cualquier edificio para que de esta manera puedan agarrar mejor el vuelo de su cometa; O en el cualquier parque o en la pista de la calle. Todo vale, si el viento los favorece.

En las décadas de sesenta y hasta el noventa, en los mese de agosto, septiembre y octubre, el viento soplaba más fuerte que nuca y esto hacía alegrar a los niños de aquella época, la razón: salir a volar cometa. El cielo de Lima se decoraba con objetos voladores de formas geométricas. Las palomas compartían las alturas con las cometas. Solo basta con alzar la mirada y darse cuenta de que tipo de diseño eran: si era un Barril, una estrella, un barco, un avión, una rompe hielo o quizás un pañuelo, clásicos en el cielo limeño.

Hace años, los colegios del distrito de Barranco como el Eguren, Arnaez, El Nicanor (ex Experimental) organizaban concursos de cometas inter escolares. Los sucesos se desarrollaban en malecón de aquel distrito. Solo participaban alumnos de primaria. Padres e hijos se reunían para pasar una tarde fenomenal. Se competía sanamente, aquellos chicos deseaban tener ese título que lo hacía ver como campeones; y sobre todo sacar pecho por su colegio. En nuestros días, sólo el colegio Nicanor ha seguido con esta tradición de eventos y ahora el concurso se desarrolla en el Estadio Gálvez Chipoco.
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En los concursos de cometas se premiaban por diferentes categorías: por tener el mejor diseño, tamaño, colorido y sobre todo creatividad; también se recompensaban a aquellos que podían hacer volar más alto su cometa.

Las cometas tradicionales están fabricadas con caña de carrizo (son rectas) o sacuara (que tienen menos peso y son ideales para valor); forradas con papel cometa, de seda o celofán y en la parte inferior llevan un trapo largo que le sirve de cola para que tenga peso y controle mejor el vuelo, esto impida a que baile o cabecee en aire.; la distancia y la altura se controlan desde el suelo por medio de un pabilo.

Pero también existen las cometas moderas: fabricadas y forradas con plástico; decoradas con persojanes de dibujos animados. Aquí la caña fue remplazada por un tubo delgado fino y el pabilo por una cuerda de nailon. Vienen empaquetados; y listos para hacer usados por los niños. Cuestan solo diez nuevo soles y se venden en los mercados de Lima.

En estos tiempos es muy raro ver volar una cometa. Los niños de ahora prefieren pasar horas jugando en Internet. Hace una semana fui a preguntar al mercado si vendían cometas. Grande fue mi sorpresa cuando una señora me dijo:”papito, en estos tiempos los niños prefieren otra cosas en ves de jugar a eso. Las cometas muy pocos se venden y ya no son rentables como antes” añadió

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